¿Por qué Incivilización y Barbarie?

¿Por qué Incivilización y Barbarie?

Porque nos ensenyaron que la civilización era la cima del hombre: la ciudad, la ley, el asfalto, la comodidad, el mercado, la moral. Nos dijeron que todo lo anterior —la tribu, la estepa, el combate, el cuerpo desnudo, la herencia, la sangre— era barbarie. Y lo creímos.


Pero sobra con mirar nuestro alrededor. La civilización moderna ha creado hombres frágiles, enfermos, desconectados de la tierra y de si mismos. Rinden culto a lo débil, temen a la muerte, niegan su sangre, destruyen su entorno y celebran la confusión. Es un mundo que ha perdido el sentido del dolor, del honor, del límite, del origen.

Entonces ¿qué es “incivilización?
Es el rechazo de esa civilización degenerada. 
Es despojarse del artificio para recuperar el instinto, la fuerza, la claridad.
Es el retorno voluntario al conflicto, a la sangre, al esfuerzo real.

La incivilización no es ignorancia: es rechazo deliberado de la negación del instinto.
La barbarie con es atraso: es memoria genética.
El bárbaro no es un bruto: es un hombre que aún recuerda lo que es ser hombre.

Pero esta lucidez no surge de la nada ni de un capricho. La incivilización es un camino ascético, que exige desprenderse del comodismo del mundo moderno. Pocos se atreven a elevarse, ya que implica confrontar los propios miedos, romper cadenas y salir del confort anestésico que la modernidad ofrece. Implica aceptar el dolor, la lucha constante contra el mundo que desea domesticarnos. 

Esto lo hago con un propósito: como forma de llamado a despertar de la amnesia colectiva que ha impuesto la civilización. Un grito contra la cultura del olvido, de la negación de lo que realmente somos. Somos descendientes de guerreros y nómadas, de hombres que vivieron al filo del peligro y se fortalecieron en el desafío constante. Somos la sangre de aquellos que construyeron su mundo sin esperar permiso, que se alzaron con la naturaleza y se fundieron con ella.

Esto no será un nicho para lo correcto ni un espacio para la complacencia intelectual. Aquí hablaremos de hombres antiguos y olvidados, de linajes exterminados, de mitos que no quisieron callar. Hablaremos de filosofía sin miedo, de historia sin censura, de genética, cuerpo, mito, guerra y libertad.

No acepto la idea de que la civilización sea sinónimo de progreso. Me atrevo a pensar que la verdadera evolución es aquella que reconecta al hombre con sus raíces salvajes, con su instinto, con su capacidad de enfrentarse a lo desconocido y salir transformado.

La incivilización es también un acto de resistencia. Resistir a un sistema que nos quiere dóciles, dependientes, alienados. Resistir a una cultura que privilegia la comodidad sobre la verdad, la apariencia sobre la esencia, el miedo sobre el coraje.

Esto es un llamado a quienes aún recuerdan, a quienes sienten en la sangre  a sus ancestros y no quieren ser olvidados. A quienes buscan la claridad en medio de la confusión y el fuego en medio de la oscuridad.

Porque la barbarie no es el fin, sino el principio.
Porque incivilización es despertar.
Porque ser hombre es recordar.


Comentarios

  1. Me gusto mucho la frase "El bárbaro no es un bruto: es un hombre que aún recuerda lo que es ser hombre"

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